El verdadero reto del fútbol femenino en CONCACAF
¿Cuántas veces hemos escuchado el argumento de que la mujer deportista debe de ganar lo mismo que un hombre? Muchos aseguran que esta decisión sería el climax de una hipotética solución para la igualdad de género en el ámbito deportivo. Sin embargo, pese a ser una iniciativa pragmática, el funcionamiento pleno del deporte femenino es mucho más que una simple mejora salarial.
Ante ello, tomaremos el caso de España concretamente. El trabajo realizado por el secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Franco, es digno de revisar y poner como ejemplo en clubes centroamericanos donde el avance se ve muy estancado pese a las intenciones y esfuerzos de diversos organismos.
Durante asamblea de La Red Iberoamericana entre mujer y deporte celebrada en Costa Rica el pasado mes de septiembre, el mandatario aseguró: «La igualdad de género es moralmente lo correcto, pero la igualdad de oportunidades también es importante para permitir el progreso social. Cuando las mujeres progresan, las sociedades prosperan. Las sociedades con igualdad de género son sociedades más ricas, en todos los sentidos de la palabra».
Es que la voz de Manuel Franco es precisamente una referencia de como la mujer puede prosperar en un ámbito en el que ha pasado tanto tiempo rezagada. Ejemplo de ello es la seriedad y profesionalización de la Liga Iberdrola, ahora Primera División de futbol femenino.
El primer paso para “profesionalizar” ese sector fue justamente eso. El reconocimiento de la liga al mismo nivel jurídico que las demás.
“La profesionalización era necesaria, es justa y será un éxito. Vamos a contar con una de las mejores ligas de fútbol femenino del mundo, y lo vamos a hacer acordando los términos de la futura competición con todos los agentes del ámbito deportivo”.
Jose Manuel Franco, junio de 2021
Lo anteriormente mencionado basado en la existencia entre vínculos laborales entre clubes y deportistas, y la importancia de la dimensión económica entre ambas.
Además es importante la existencia de convenios como el Real Decreto-Ley 5/2015, que establece en su artículo 6.1.e).2º: «…de los ingresos obtenidos por LaLiga en la comercialización conjunta de los derechos audiovisuales de las competiciones profesionales se detraerá un 0,5% con destino, entre otros, a los clubes de Primera División Femenina”. Esto con motivos de financiamiento de cuotas empresariales a la Seguridad Social de sus deportistas y entrenadores, así como las cuotas de estas/os.
El éxito del modelo en México
Curiosamente uno de los mejores casos de éxito del futbol femenino está en el área. La Primera División de fútbol mexicana. Surgida el 5 de diciembre de 2016 como iniciativa para el fortalecimiento del balonpié femenino en la región. A día de hoy, los equipos cuentan con sólidos planteles formados por algunos elementos de selección nacional, y el reciente aval de firmar a jugadoras extranjeras en su filas. Uno de los grandes factores para el crecimiento de esta liga es precisamente el posicionamiento de la marca a nivel internacional y los ingresos que tienen por derechos televisivos que provienen del gran nivel de audiencia que dicha liga promueve. Es decir, una sinergía total por parte de federación, club y medios de comunicación.
Durante el Torneo Guard1anes 2020, la liga batió récords en niveles de audiencia, con más de 4 millones de espectadores, de los cuales el 72% representó a la audiencia masculina y el 28% a la femenina.
En ese sentido, son muchos los factores que se deben realizar para que podamos siquiera hablar de oportunidades de la mujer en el deporte. Es un hecho que ya existen competencias de estas índoles alrededor de la confederación. Casi todos los países tienen ligas de futbol femenino y clubes “women” alrededor de su geografía local. Pero la verdadera pregunta es: ¿Cuantas de esas competencias sientan las bases para un desarrollo óptimo y laboral de la deportista en su especialidad?
